Vívela cómo tú realmente quieras, quítate la máscara, no reacciones a cada palabra dirigida a ti, observa tus emociones y toma consciencia de lo que tu corazón realmente desea fervientemente.
Pon el foco en tus propias palabras. Las palabras son poderosas. Nos ayudan a concretizar nuestros pensamientos y discernir con mayor claridad qué es lo que queremos para nosotros mismos.
¿Quieres encaminarte en la dirección que es más oportuna para ti? Dedica tiempo a la escritura. Diseña con letras tus deseos más recónditos, incide en papel tu jornada ideal, desde que abres los ojos por la mañana hasta que apoyas tu cabeza suavemente sobre la almohada ya terminado el día. Y haz que suceda. Haz que todo lo bueno que tanto te mereces llegue a tu vida. En una palabra: ¡VIVE!
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